martes, 17 de julio de 2012

Desandando el doler





Si la lluvia pasó y no dejó rastros, si casi ni mi entero de que puedo, si... sólo sé que algo quiero.
Es como querer contener un líquido, un fluido natural que inevitablemente avasallará.
Siento que  los hilos se nos van quedando frágiles, que las distancias ya no son el parche al dolor. 

Nace una fuerza interna que va ganando protagonismo en mis días. 
Se trata de no darle el tiempo y el lugar para que se sienta  instalada, se trata de no ver, se busca la manera de entender, de crecer, de abrir...
Cuando me destrozo la confianza en mi misma, cuando en la noche oscura y terrorífica trato de oír mi voz,  descubro el momento en que quedo reducida a un manojito de miradas... y es ahí, justamente ahí, cuando siento, confirmo, que no hay lugar hoy, para mi acá.
Tal vez sí existas, tal vez sí pueda... tal vez sí quiera...  

5 comentarios:

Gabriela dijo...

LA DUDA QUE NOS CUESTIONA, SUELE SER LA PRIMERA PUERTA PARA ABRIR... PARA ABRIRSE.

y VER QUE TOD ES POSIBLE, TODO ESTÁ JUSTAMENTE AHI MISMO, EN VOS!!!!

Nat... dijo...

Gracias hermosa!!!!!

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Darío dijo...

Quse decir que si aceptamos la realidad de lo frágiles que somos, podemos salir del infierno, sólo así. Que me gustó la delicadeza del lenguaje. Y que el anterior comentario pertenece a otro yo medio agonizante. Un abrazo.

Nat... dijo...

Un yo agonizante... "siempre habrá un lugar donde te salves" dicen por ahí.
Gracias por la visita!!!